El sótano

El sótano

Es una noche de luna negra en la isla de concreto. Bloques de hormigón nos rodean como muros. En la acera no hay ninguna alma ni farola que ilumina el camino, solo un ruido agudo que se filtra por mi oído…- Te has equivocado-…-No entiendes-…-No me escuchas-…-Es tu culpa-… -No, la tuya-…

-¡Mierda, nos hemos perdido!

El ruido se intensifica y empieza a morderme la cabeza, una sensación de ansiedad empieza a triturar me las vísceras. Como un reflejo que no logro explicar, miro a la derecha, la entrada de uno de los edificios tiene las puertas abiertas, de su interior una brisa cálida acaricia mi oído, son susurros, un coro de voces que me hechizan, no logro entender lo que dicen, pero me agitan, me seducen.

Arrastrado por la tentación, me olvido de todo y me dejo tragar por el cajón de cemento. Adentro, el portal es un lugar minúsculo recubierto de azulejos y baldosas rojas que se retuercen como si tuvieran vida. Al fondo, escalares de escalones blanco muestran el camino al interior. Las voces suben como una brisa tóxica por las gradas que dan al sótano, mi cuerpo adicto no pone resistencia y se desliza como una serpiente hasta lo más profundo de aquel lugar. Allí, en el sótano, donde ningún ruido puede entrar, donde la oscuridad parece haber tragado todo el hollín y brea de la ciudad, están las voces, los susurros, los demonios enjaulados que me llaman a ser su libertador, su Nigromante. -Libéranos, padre, libéranos – susurran en coro los demonios.

¡Pura Kasaka!
Parte 1 - El sótano

Es una noche de luna negra en la isla de concreto. Bloques de hormigón nos rodean como muros. En la acera no hay ninguna alma ni farola que ilumina el camino, solo un ruido agudo que se filtra por mi oído…- Te has equivocado-…-No entiendes-…-No me escuchas-…-Es tu culpa-… -No, la tuya-…

-¡Mierda, nos hemos perdido!

El ruido se intensifica y empieza a morderme la cabeza, una sensación de ansiedad empieza a triturar me las vísceras. Como un reflejo que no logro explicar, miro a la derecha, la entrada de uno de los edificios tiene las puertas abiertas, de su interior una brisa cálida acaricia mi oído, son susurros, un coro de voces que me hechizan, no logro entender lo que dicen, pero me agitan, me seducen.

Parte Final - El sótano

Arrastrado por la tentación, me olvido de todo y me dejo tragar por el cajón de cemento. Adentro, el portal es un lugar minúsculo recubierto de azulejos y baldosas rojas que se retuercen como si tuvieran vida. Al fondo, escalares de escalones blanco muestran el camino al interior. Las voces suben como una brisa tóxica por las gradas que dan al sótano, mi cuerpo adicto no pone resistencia y se desliza como una serpiente hasta lo más profundo de aquel lugar. Allí, en el sótano, donde ningún ruido puede entrar, donde la oscuridad parece haber tragado todo el hollín y brea de la ciudad, están las voces, los susurros, los demonios enjaulados que me llaman a ser su libertador, su Nigromante.
-Libéranos, padre, libéranos - susurran en coro los demonios.

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Pura kaSaka

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