El Mono-logo
- Micro-cuento
- Larvario
– Este es un monólogo, un monólogo de la creatividad –
dijo el simio antes de caerse al abismo.
– Es correcto, he llegado a odiar la creatividad. No es tanto por sus bellas cualidades de ser bella, poderosa, peligrosa e inútil al mismo tiempo, sino más bien por el poder sobrevalorado que se le da a las criaturas que engendra. La creatividad es una mutación, nunca se sabe hacia dónde nos llevará. La creatividad es como un niño perdido en el bosque. Puede lograr convertirse en una especie de Tarzán o Mowgli, o simplemente ser descuartizado al instante por algún animal, o peor aún, puede convertirse en una plaga. La creatividad puede engendrar seres despreciables cuando se le da mucho poder. Nefastos pedantes que creen que solo con pensar en sí mismos resuelven el mundo. Idealistas fanáticos de sus propios egos. Divos que encuentran su autoestima en el mugido de las vacas que dirigen al matadero.
Pero la creatividad también puede convertirse en una chispa de ingenio que aviva el fuego de una cueva, mostrándonos caminos y paredes que éramos incapaces de ver por la oscuridad. –
Es aquí donde el simio empieza a debatir en cómo salir del hoyo donde se ha metido y piensa.
– Escuché una vez decir “¿Por qué gastamos nuestro tiempo en explorar el espacio habiendo tantos problemas aquí en la tierra?”Recuerdo que al escuchar esto me entró picazón y me rasqué la cabeza con mucha fuerza y me pregunté “¿Y por qué no? Nunca he entendido esta obsesión de la humanidad de salvar, ayudar y pensar igual que todos. De creer que todos necesitamos lo mismo, de esta terquedad de querer ir todos en la misma dirección.
¿La dirección de quién o de quiénes? me pregunto. Además, por qué exigir algo a la creatividad que la mataría y que además es imposible que pueda dar: racionalidad. La creatividad es incoherente, errática, libre o eso cree porque es ingenua. La creatividad es un rebelde sin causa, no intenta ir a ningún lado solo seguir explorando. Su naturaleza es siempre apuntar allá donde la ignorancia comienza, allí donde solo hay oscuridad, allí donde lo que llaman magia empieza. Ahora, pretender que aquel explorador descubra algo que sirva, es fantasear.
– Parece que te sumergís en un pozo de pensamientos y es difícil entenderte. Tratá de explicarte mejor.- Interrumpieron tres monos que habían llegado a la orilla del abismo a escuchar el monólogo.
– Si me ayudan a salir de aquí, se los explico.- les contestó el simio que había detenido el monólogo al ver una oportunidad de oro. Pero los tres monos tenían sus manos pegadas. Uno a su boca, otro a sus oídos y el otro a sus ojos. Así que al ver que aquellos tres en las alturas eran unos inútiles, el de abajo continuó.
<div class=»parrafo-3″>
<p>- En un lugar donde el sol no salía, un simio tuvo un arrebato de creatividad y concibió una idea. «Voy a iluminar este lugar regalando sonrisas.” Muchos simios pensaron «Este tipo está loco», pero el caso es que aquella locura, fue una chispa de ingenio que contagió. Todos los simios empezaron a sonreír y un optimismo inundó aquel lugar. <br>
<h6 style=»color:#E4DFB0″>Entonces el creativo dijo “Tengo otra idea. ¿Y si en vez de regalar la sonrisa la vendemos al mundo?»</h6>
<p>Al principio todos dudaron, pero el optimismo prevaleció. El mundo empezó a comprar la sonrisa y la demanda empezó a crecer, los simios de aquel lugar se llenaron de orgullo y empezaron a ver al creativo como un rey, un dios, como el elegido, el gran líder. Pero entonces empezaron a salir los problemas. Habían algunos que tenían sus propias ideas, ideas que generaban preguntas que no encontraban respuesta y esto los ponía serios, tristes, dudosos, pensativos, críticos…</p>
<h6 style=»color:#E4DFB0″> Así que el creativo ahora convertido en dios, dijo a su pueblo: “Esta es mi gran idea. ¿Y si odiamos a todo aquel que no sonría?»</h6>
<p>Y la gente sin pensar, ni dudar, glorificó la idea del nuevo mesías. la negatividad fue eliminada, nadie estaba en contra, nadie dudaba, nadie pensaba… </p>
</div>
Pasó el tiempo y aquel creativo, convertido en dios, convertido en mesías, se convirtió en monumentos, se convirtió en libros, se convirtió en la moral de aquel lugar, se convirtió en un ídolo, un ícono, un símbolo, un lenguaje, una bandera, una religión, una ciencia, un ejército, una forma de vida, una forma de pensar, una nación… Lo que aquella gente nunca supo es que aunque no hubiera sol, aunque no hubiera sonrisa, aunque no hubiera gran líder, aunque no hubiera dios, cada uno de ellos tenía la capacidad de aportar chispas de ingenio para iluminar como un millón de soles. Pero ahora eran solo candelas iluminando un altar.
Fue entonces que el simio en el fondo del abismo se dio cuenta que nadie lo escuchaba. Así que cansado de hablarse a sí mismo, suspiró, se dio cuenta que aquel abismo en realidad era un pozo de agua. Así que esperó optimista a que alguien llegara y tirara una cuerda.
-Y bueno, si nadie lo hace- se dijo – me inventaré algo.-
¡Pura Kasaka!
- Este es un monólogo, un monólogo de la creatividad -
dijo el simio antes de caerse al abismo.
- Es correcto, he llegado a odiar la creatividad. No es tanto por sus bellas cualidades de ser bella, poderosa, peligrosa e inútil al mismo tiempo, sino más bien por el poder sobrevalorado que se le da a las criaturas que engendra. La creatividad es una mutación, nunca se sabe hacia dónde nos llevará. La creatividad es como un niño perdido en el bosque. Puede lograr convertirse en una especie de Tarzán o Mowgli, o simplemente ser descuartizado al instante por algún animal, o peor aún, puede convertirse en una plaga. La creatividad puede engendrar seres despreciables cuando se le da mucho poder. Nefastos pedantes que creen que solo con pensar en sí mismos resuelven el mundo. Idealistas fanáticos de sus propios egos. Divos que encuentran su autoestima en el mugido de las vacas que dirigen al matadero.
Pero la creatividad también puede convertirse en una chispa de ingenio que aviva el fuego de una cueva, mostrándonos caminos y paredes que éramos incapaces de ver por la oscuridad. -
Es aquí donde el simio empieza a debatir en cómo salir del hoyo donde se ha metido y piensa.
- Escuché una vez decir “¿Por qué gastamos nuestro tiempo en explorar el espacio habiendo tantos problemas aquí en la tierra?”Recuerdo que al escuchar esto me entró picazón y me rasqué la cabeza con mucha fuerza y me pregunté “¿Y por qué no? Nunca he entendido esta obsesión de la humanidad de salvar, ayudar y pensar igual que todos. De creer que todos necesitamos lo mismo, de esta terquedad de querer ir todos en la misma dirección.
¿La dirección de quién o de quiénes? me pregunto. Además, por qué exigir algo a la creatividad que la mataría y que además es imposible que pueda dar: racionalidad. La creatividad es incoherente, errática, libre o eso cree porque es ingenua. La creatividad es un rebelde sin causa, no intenta ir a ningún lado solo seguir explorando. Su naturaleza es siempre apuntar allá donde la ignorancia comienza, allí donde solo hay oscuridad, allí donde lo que llaman magia empieza. Ahora, pretender que aquel explorador descubra algo que sirva, es fantasear.
- Parece que te sumergís en un pozo de pensamientos y es difícil entenderte. Tratá de explicarte mejor.- Interrumpieron tres monos que habían llegado a la orilla del abismo a escuchar el monólogo.
- Si me ayudan a salir de aquí, se los explico.- les contestó el simio que había detenido el monólogo al ver una oportunidad de oro. Pero los tres monos tenían sus manos pegadas. Uno a su boca, otro a sus oídos y el otro a sus ojos. Así que al ver que aquellos tres en las alturas eran unos inútiles, el de abajo continuó.
- En un lugar donde el sol no salía, un simio tuvo un arrebato de creatividad y concibió una idea. "Voy a iluminar este lugar regalando sonrisas.” Muchos simios pensaron "Este tipo está loco", pero el caso es que aquella locura, fue una chispa de ingenio que contagió. Todos los simios empezaron a sonreír y un optimismo inundó aquel lugar.
Entonces el creativo dijo “Tengo otra idea. ¿Y si en vez de regalar la sonrisa la vendemos al mundo?"
Al principio todos dudaron, pero el optimismo prevaleció. El mundo empezó a comprar la sonrisa y la demanda empezó a crecer, los simios de aquel lugar se llenaron de orgullo y empezaron a ver al creativo como un rey, un dios, como el elegido, el gran líder. Pero entonces empezaron a salir los problemas. Habían algunos que tenían sus propias ideas, ideas que generaban preguntas que no encontraban respuesta y esto los ponía serios, tristes, dudosos, pensativos, críticos…
Así que el creativo ahora convertido en dios, dijo a su pueblo: “Esta es mi gran idea. ¿Y si odiamos a todo aquel que no sonría?"
Y la gente sin pensar, ni dudar, glorificó la idea del nuevo mesías. la negatividad fue eliminada, nadie estaba en contra, nadie dudaba, nadie pensaba…
Pasó el tiempo y aquel creativo, convertido en dios, convertido en mesías, se convirtió en monumentos, se convirtió en libros, se convirtió en la moral de aquel lugar, se convirtió en un ídolo, un ícono, un símbolo, un lenguaje, una bandera, una religión, una ciencia, un ejército, una forma de vida, una forma de pensar, una nación… Lo que aquella gente nunca supo es que aunque no hubiera sol, aunque no hubiera sonrisa, aunque no hubiera gran líder, aunque no hubiera dios, cada uno de ellos tenía la capacidad de aportar chispas de ingenio para iluminar como un millón de soles. Pero ahora eran solo candelas iluminando un altar.
Fue entonces que el simio en el fondo del abismo se dio cuenta que nadie lo escuchaba. Así que cansado de hablarse a sí mismo, suspiró, se dio cuenta que aquel abismo en realidad era un pozo de agua. Así que esperó optimista a que alguien llegara y tirara una cuerda.
-Y bueno, si nadie lo hace- se dijo - me inventaré algo.-
¡Pura Kasaka!
- Musica por DJ Chick
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